"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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03-07-2013 |
Bosnia y Herzegovina
Ni entidades ni identidades
Jana Kovo y Luka Culjak
Mientras se está redactando este texto, y hasta donde nosotros sabemos, una protesta masiva se está organizando para este 18 de 8unio de 2013. El 13 de Junio, Berina Hamidovic, una niña de tres meses, murió. Se trataba de una niña que no tenía DNI y se convirtió en una víctima de la administración. Su muerte es sintomática en todos los sentidos y, desafortunadamente, es una confirmación del hecho de que el Estado de Bosnia y Herzegovina y las políticas etno-nacionalistas están matando niños. ¿Cómo podemos escribir sobre la necesidad de articular demandas políticas tras las noticias de la muerte de Berina?
La mayor protesta que se ha dado hasta ahora data del 11 de junio, cuando unas 10.000 personas tomaron las calles y los conductores de coches decidieron bloquear las principales carreteras de Sarajevo durante horas. El bloqueo de las Instituciones Comunes de Bosnia y Herzegovina (el día 6 y 7 de junio) fue, probablemente, el acto más radical llevado a término en las últimas dos décadas. De todos modos, es importante poner atención a distintos aspectos para conseguir que acciones futuras puedan ser más efectivas.
¿Por qué hay que tomar las calles?
El bloqueo de las Instituciones Comunes de Bosnia y Herzegovina sucedió de manera espontánea como consecuencia al fracaso que ha supuesto aprobar la Ley de un único número de identificación (JMBG) durante cuatro meses. La revuelta empezó en un primer momento a causa de la niña de tres meses Belmina Ibrisevic que, conjuntamente con otros niños que nacieron antes de febrero de 2013, no tenía un JMBG y, por lo tanto, sus derechos como ciudadana eran denegados. Lo que todavía es peor es que estuvieron expuestas a muchos riesgos médicos que acabaron en la muerte de un niño. El motivo fue la incapacidad de movilidad por las fronteras de Bosnia y Herzegovina para poder recibir la asistencia médica que su país no les podía ofrecer. Antes de que lleguemos a conclusiones y articulemos distintas cuestiones políticas como podrían ser la unificación de todos los grupos sociales oprimidos, debemos, en primer lugar, reconocer todos los ciudadanos de Bosnia y Herzegovina como sujetos políticos. De modo que, tanto del bloqueo pasado como de las protestas que llegaran, hay que encontrar soluciones que puedan convertir en sujetos políticos visibles a todos aquellos niños que están legalmente no reconocidos, ya que la biopolítica, que lucha de manera convincente para homogeneizar las entidades de Bosnia y Herzegovina, ha conducido a Berina hasta la muerte. El inútil, vacío y nocivo discurso alrededor de las divisiones étnico-nacionales se ha presentado en los últimos días como la única lucha contra la retórica nacionalista, respuesta sin escrúpulos de los únicos culpables de la situación actual en Bosnia y Herzegovina – los líderes políticos. La única respuesta lógica impuesta aquí es la ya repetida re-evaluación de los principios básicos de la organización política que tienen que ver con la justicia social y sus prácticas. Por ejemplo con la creación de solidaridad y fortalecimiento de “las propias filas” – que arrebate el poder de los biopolíticos.
El bloqueo no solo ha mostrado hasta qué punto prevalece la incompetencia de la élite política, sino también la falta de voluntad política que se muestra en el compromiso total de ciertos partidos y representantes a favor de la división étnico-nacional. Las protestas se anunciaron con cuatro meses de antelación, y en el mismo día de las protestas (5 de junio del 2013) se organizó una marcha en solidaridad con la población turca. Podemos pensar que el hecho de reunirse el primer día en frente del Parlamento fue algo espontáneo y se mantuvo en cierta manera desarticulado; sin embargo, lo que pasó al siguiente día sorprendió a todos los que fueron al bloqueo. Mano a mano, unidos contra las fuerzas policiales, nos las arreglamos para evitar que no saliera del Parlamento hasta la mañana siguiente ni uno de los representantes, incluyendo la delegación de banqueros extranjeros. No debíamos engañarnos a nosotros mismos pensando que nuestro método era el único bueno y efectivo en contra del usado en protestas anteriores. Estudiantes, trabajadores, jubilados, padres y madres estuvieron unidos en el bloqueo. Con este acto también dimos testimonio de la posibilidad de volver a incluir en el discurso mediático al proletariado. Por lo que conocemos de la Grecia Antigua, la población más empobrecida estaba excluida de las relaciones de propiedad, su existencia y su esclavitud eran reducidas a la procreación en aras de crear más fuerza de trabajo. Empezando por la premisa de que, todavía a día de hoy, las personas realizan el trabajo con sus cuerpos, Eagleton considera muy peculiar que alguien opine que el proletariado “ha desaparecido”, a pesar del hecho de que con la democracia liberal y las políticas neoliberales la precariedad se ha agudizado, y por lo tanto se ha auto-reciclado cognitivamente. El proletariado ha demostrado, y no sólo a nivel simbólico, que jamás renunció a la lucha.
Al final rendimos homenaje a la falta de tradición de resistencia, empezando con asuntos como pueden ser que ciertos grupos de personas no tenían comunicación entre ellos, o que no sabían qué pasaba ni en qué lugar. Además, saber que una asamblea de la clase trabajadora se estaba organizando hubiera excluido por completo la necesidad de líderes, negociadores “expertos” y sus representantes (que después de una serie de protestas todavía montan sus caballos de papel). La falta de cultura de protesta es una alarma que muestra la falta de experiencia en el espacio que ocupamos en tanto que es un espacio que es nuestro y debe ser usado como tal. La excepción la marcan aquellos pocos que pasaron la noche de miércoles a jueves ahí, durmiendo en tiendas y sacos de dormir. Ciertamente, hubo varios grupos que participaron en el bloqueo, pero no hubo ni la más mínima expresión de organización exceptuando algunos individuos con megáfonos que actuaron como líderes de la protesta. Estos mismos líderes (¿es necesario mencionar que fueron todos hombres?) pacificaron la situación alertando de que “gente, la situación es compleja”, “el día es largo y la noche también”, o “haced lo que queráis”. El aparato lógico político sigue funcionando sobre los principios de la democracia representativa y sus líderes, de modo que estuvieron presentes ese día. A pesar de todo esto, la gente del bloqueo decidió quedarse hasta el final. Todo acabó en una mediación (in)directa entre los Altos Representantes de Bosnia y Herzegovina, Valentin Inzko y los protestantes reunidos, que acabaron resultando bastantes menos que en el inicio. Después de varias horas de bloqueo de las Instituciones Comunes, los “secuestrados”, nuestros políticos y algunos diplomáticos extranjeros, que eran en su mayoría banqueros, fueron “liberados” y se marcharon del edificio.
¿A quién bloqueábamos?
La revuelta no es un problema de “salvajismo público” o “necesidad histórica”, sino que es ante todo “una exposición de motivos y una forma de hablar”. Jacques Rancière
Durante el bloqueo y los días que lo siguieron, los manifestantes que se congregaban y los que los apoyaban, insistieron en la eliminación de la narrativa de lo étnico-nacional protestando contra el gobierno. Nosotros atestiguamos que la gente que estaba concentrada insistió fuertemente en un objetivo común, y este es justamente el estancamiento constante de decisiones tomadas por los representantes parlamentarios.
Las élites gobernantes de ambas entidades intentaron de manera adicional politizar este momento y el bloqueo de las Instituciones comunes achacándolas de ataques interpuestos contra la élite política Serbia. Este es el discurso imperante de las élites de la Republika Srpska, visto que los representantes Federales hicieron hincapié en la pérdida de brillo de la imagen internacional de Bosnia Herzegovina. La representación en los medios oficiales de ambas entidades podría describirse como políticamente analfabeta y poco profesional. El entendimiento del término de concentración pacífica por parte de los ciudadanos como un principio democrático de expresión de desobediencia civil es más que banal. Está creciendo un sentimiento de terror en la percepción pública al hablar del bloqueo en términos de “desobediencia civil justificada” ya que esta desobediencia puede desembocar en un “acto/demanda política” que el discurso político usa para conseguir la despolitización de futuras protestas o concentraciones. Las revuelta o el bloqueo, así como las peticiones hechas al gobierno, han sido desde el inicio un acto político, y como tal debe ser reconocido y no debe ser debilitado por la despolitización política. De todos modos, no debemos pasar por alto el hecho de que a pesar de una solidaridad intergeneracional única y una unificación de distintas categorías sociales en las protestas, no existe una articulación igualitaria en las demandas políticas. Esto se hace todavía más visible en el entendimiento del bloqueo por parte de los diplomáticos extranjeros o banqueros y de nuestros políticos. Ha habido muchas dudas en cuanto a si se debía o no dejar que los inversores extranjeros se marcharan o si debían mantenerse dentro hasta el final, a sabiendas que esto podría suponer la destrucción de la imagen internacional que existe de Bosnia y Herzegovina. Este momento mostró la limitación de la opinión pública de Bosnia y Herzegovina en la comprensión de los actores políticos reales de nuestra sociedad, ya que muy lejos de las élites políticas oficiales, los banqueros actuaron como los pioneros en la implementación de políticas neoliberales. Junto con el bloqueo y las primeras demandas de un JMBG, las protestas afectaron a todo el país: estudiantes de Banja Luka y de Mostar salieron a las calles, y los estudiantes de Sarajevo acudieron para apoyar el bloqueo. Varias ciudades del país también tuvieron sus protestas particulares como por ejemplo Tuzla, Zenica, Brcko, Bugojno, Jajce, Srebrenik, Prijedor, Travnik o Livno. En definitiva, podemos afirmar que existe un hecho que podemos entender por toda Bosnia y Herzegovina, aunque sea solo en momentos de entusiasmo, como el despertar del proletariado o de la ya mencionada precariedad que, sin ser políticamente consciente, finalmente ha articulado algunas de las cuestiones más relevantes para la población estudiantil, la unión de trabajadores y todas las capas sociales que son marginadas. La ocupación de espacio público indica, en este sentido, el modo en que pensamos acerca de ellos, el modo en que debemos hacernos cargo de ellos y cómo articulamos la temática de los bienes comunes. Detrás de esto es posible que se esconda el resultado de la ola de protestas que se han dado por toda Bosnia y Herzegovina.
¿Con quién debemos dialogar?
Los manifestantes se pusieron de acuerdo en una cosa: no negociar con ninguno de los representantes, empleados o banqueros extranjeros. Cada vez que uno de los empleados trataba de salir, se respetaba esta regla y, por lo tanto, aparte de luchar por los derechos de los niños en Bosnia y Herzegovina, esta protesta está profundamente vinculada a capas más bajas de la sociedad. También hay una movimiento de resistencia contra la política nacionalista de la pos guerra, que va de la mano de las políticas neoliberales de la Unión Europea que imponen la liberalización del mercado y la privatización criminal, así como los constantes ataques a los derechos sociales ya adquiridos. No buscamos un diálogo con la clase dominante; como en la lucha entre clases, la cuestión de la conciencia de clase es el elemento decisivo. Por lo tanto, por nuestra parte, no nos uniremos con medios de comunicación, profesores e intelectuales, ni con los sindicatos, si no provienen de abajo. Algunos de los manifestantes afirmaron que la policía estaba de nuestro lado, cosa que no es verdad, ya que las protestas fueron boicoteadas, cinco de los manifestantes fueron detenidos y gravemente herido, y varios de ellos incluso terminaron en el hospital. Hoy en día, la clase, como afirma Zitko en términos psicoanalíticos, representa un lugar traumático, ya que no es una coincidencia que términos como clase, lucha de clases, derechos de los trabajadores o asamblea general, estén siendo expulsados e invisibilizados en los medios de comunicación, es decir, del discurso cívico-liberal y nacionalista dominante.
¿Podemos articular más demandas políticas?
Los manifestantes, desde el primer día enfrente del Parlamento, así como después del fin del bloqueo, están haciendo todo lo que hacen para mantener el “espíritu” de la protesta vivo e incluir a más personas, organizar el siguiente paso o objetivo, etc. El viernes (justo después del bloqueo), el SPUS (Parlamento de los Estudiantes de la Universidad de Sarajevo) organizó una marcha de protesta, en la que 2.000 estudiantes tomaron las calles. Al menos en números absolutos, es un dato que impresiona. En este caso se trata de una manifestación específica de estudiantes, cosa que nos recuerda que los estudiantes también asistieron al bloqueo y a los otros días de protesta. La pregunta que surge aquí es si las protestas especialmente organizadas están debilitando el poder de unificar todas las categorías sociales. Y esto nos lleva a otra pregunta: ¿hasta qué punto están articuladas las preocupaciones de los estudiantes si su eslogan principal se acoge a “condenados a una Bologna Bosnia”? Esto muestra claramente el fortalecimiento de la posición victimista de la narrativa bosnia, que también vimos en la marcha de protesta del Museo hace unos meses, donde se repitieron eslóganes sobre la continuación de la agresión en Bosnia y Herzegovina con el cierre de esta institución cultural. Sus colegas de Banja Luka protestaron contra las élites políticas criminales en la República Srpska, rechazando cualquier apoyo de las protestas JMBG de Sarajevo, y expresando su solidaridad con los representantes serbios en el Parlamento de Bosnia y Herzegovina. Los estudiantes de Banja Luka están confirmados, que a pesar de su insatisfacción con las instituciones oficiales de la República de Srpska siguen defendiendo los “legados” de esta entidad. Esto solamente confirma que hay una corrección narrativa evidente en el trabajo de la entidad, que a su vez apoya la inactividad de los representantes a nivel estatal de Bosnia y Herzegovina, sólo para afirmar la legitimidad étnico-nacional de una de las tres élites políticas dominantes en el país.
Esto es sólo uno de los indicadores de la falta de comprensión de los contextos en los que la doctrina neoliberal recientemente creada, se realiza a través del énfasis de la política de la identidad y los acuerdos de adhesión a la Unión Europea.
También fuimos testigos de la manifestación del discurso de la identidad cultural a través de consignas como “no queremos entidades, queremos identidades”. También se mencionaron relatos de guerra y experiencias traumáticas, Yugonostalgia, a través del cual, tal vez sobre todo, pero a través del prisma de ciertos grupos, significa consolidar el estado actual de la división de Bosnia y Herzegovina sin comprensión alguna de los paradigmas políticos ya desplazados y los conceptos de solidaridad erigidos en nombre de las demandas políticas de todos los “oprimidos”.
Sin recurrir a un pathos superfluo, lo que ocultaría el actual “despertar” del pueblo, volvamos a fortalecer la solidaridad y aprendamos de los errores del pasado para construir nuevas experiencias y fortalecer el concepto de la protesta a través de la organización de los principios de la democracia directa, que estará, ante todo, basada en las voces y demandas de los “oprimidos del mundo”. No debemos romantizar eventos pasados, ya que nunca nos ocupamos de una idea radical y de su articulación, pero creemos que todavía hay margen para su desarrollo después de los movimientos de resistencia existentes en todo el mundo – desde Chile a Turquía hasta las Filipinas. Aunque nos encantaría hacer un llamamiento a la unificación de todos “los oprimidos del mundo” para la articulación de más demandas políticas frente a las Instituciones Comunes de Bosnia y Herzegovina, creemos que actualmente el acto más radical es seguir adelante con el fortalecimiento y la insatisfacción que se inició con dos niñas pequeñas. JMBG debe y necesita seguir siendo la prioridad de una politización más amplia de la organización y la articulación de la ira acumulada en todos nosotros.
Traducción al inglés de Emin Eminagic.
Jana Kovo (1988), actualmente vive y estudia en Sarajevo (Bosnia y Herzegovina) en la Facultad de Filosofía. Ha publicado artículos en el campo de la crítica literaria, la teoría de la literatura y el análisis de la teoría social. Luka Culjak es actualmente estudiante de tercer año de Literatura Comparada en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Sarajevo (Bosnia y Herzegovina). Su interés se centra en la literatura y la filosofía política.
Traducción para www.sinpermiso.info : Marta Mestre
Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=6106
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